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... Y desde ahora vais a verme vagabundear


Café brulé: Se calienta una copa de brandy o coñac con una cáscara de limón, una vez caliente se añade a un café solo y en una cucharilla se prende un copo de brandy caliente con un terrón de azúcar.



Hoy, para este "Café de por medio", me han hecho un encargue especial. Así que he tenido que hacer algunas compras de camino hacia aquí.
Mientras se calienta el agua para el café, aprovecho a preparar unos platitos sobre la mesa, con un puñado de amarettis y algunas castañas de cajú; las que acompañaremos con un sabroso Café brulé, también conocido como quemado o diablo.
Mientras ensayaba frente al espejo, buscando las palabras adecuadas para usar a modo de presentación, me dije: ¡Que mejor que uno mismo para presentarse! (Para los que piensan que esto es una salida fácil; debo decirles, que no se equivocan)
Así es que, hoy se auto presenta JMiur; y esta es su "autobiografía apócrifa":


"Nacido en el tercer mundo. Un santo varón. Buenos Aires. Los elefantes. Las golondrinas de Plaza de Mayo. Me chupo el dedo.

El tiempo es veloz. ¿No ves que ya no somos chiquitos? Despedida de la infancia. Todo es efímero. Juguetes perdidos. Dime quién me lo robó. Aprendizaje.

Soy un hippie. Rutas argentinas. Sobredosis de TV. Raros peinados nuevos. Más de cien mentiras. Delirium tremens.

Ciudad de pobres corazones. El karma de vivir al sur. Mundo de quimeras. Oh Dios, ¿Qué puedo hacer?

Cuando era más joven. Los mayores del mundo. Botas locas. Rejas electrificadas. Cerca de la revolución. Contra todos los males de este mundo. La casa desaparecida. Tumbas de la gloria. Vencedores vencidos. Carguen, apunten, fuego. Estás frito angelito. A lo mejor aún te acuerdas.

Ah, te vi entre las luces. Muchacha. Amor se llama el juego. Juego de seducción. Mi genio amor. Prométeme que nunca me dirás adiós. Pequeñas delicias de la vida conyugal. Toda la vida tiene música hoy. Es hora de levantare, querido (dormiste bien?).

Resumiendo.

Mi sueño de hoy. La sed verdadera. La búsqueda de la estrella. Todos juntos. ¡Ah! Basta de pensar.

Esto es to-to-todo amigos".


Gabriel: Hola Jorge, o ¿preferís JMiur?


Jorge: Me da lo mismo, pero supongo que para hacer honor al café, Jorge sería lo más adecuado.


Gabriel: Contanos un poco acerca de tu sitio: Vagabundia.


Jorge: Vagabundia es un juego, un entretenimiento, un lugar donde mezclo intereses y donde mis neuronas hacen ejercicio.

Empezó como una curiosidad ¿a ver?, ¿qué es eso de los blogs que tanto se habla? Escribí un par de cosas sueltas y después me puse a ver la plantilla, a estudiarla, a tratar de entenderla. Me pase un mes con eso, en realidad, ahora que lo pienso, era una manera de no escribir, de decir, bueno che, lo estoy armando.

Pero, un día terminé y tuve que ponerme a pensar qué ponía. Entonces se me ocurrió que podría contar lo que había hecho, los errores que había cometido, las pruebas que había hecho, las cosas que había descubierto. Digamos que eso me aflojó y también empecé a escribir sobre otras cosas.

Hasta entonces, sólo había recibido un comentario, me acuerdo del día que lo vi en el panel. Casi me agarra un soponcio. No sabía si mirarlo o borrarlo. Tomé valor y abrí el post. ¿Sabés lo que decía? nada, no decía nada, sólo había un punto. Todavía lo tengo. Y yo que pensaba, ¿alguien me dirá algo bueno o me mandará de paseo? Me frustré, ¡si por lo menos me hubieran insultado!, pero no, peor, me ignoraron.

Un día apareció un comentario de Fede, 14 años, me agradecía que yo hubiera puesto un link a su blog y que lo hubiera recomendado. Fue Pandora abriendo la caja. Lentamente aparecieron comentarios, gente que me decía que lo leía con cierta asiduidad ¿cómo? ¿de que hablan? puse una serie de servicios de estadísticas para ver y casi me caigo de espaldas, ¿había gente que se quedaba una hora leyendo cosas? ¿estamos todos locos?

Cuando celebré los 100 post, esto fue un poco antes de conocerte, hice una entrada chistosa donde hablaba de algunos de esos "lectores fieles" y otra donde trataba de contar lo que estaba sintiendo sobre esa pequeña comunidad virtual que se iba formando sin saber por que. Recibí comentarios de muchos de ellos y, si no me puse a llorar fue un milagro, aún hoy, se me pone la piel de gallina. Yo había escrito algo para explicarme a mi algo y otros, desconocidos habían entendido exactamente lo que había querido decir y se acercaban para hacerme compañía. Sólo ese instante, vale cualquier esfuerzo.

De esto hace solo un par de meses. Ahora, sigo haciendo lo mismo que hacía al principio, lo que se me ocurre, trato de divertirme, de pasarla bien, de "jugar", no pienso si a los demás les gustará o qué les puede interesar. Sigo mi camino, sin rumbo. A veces queda bien, a veces queda mal. A veces es interesante, a veces es aburrido.

Te di la lata, así que resumo, Vagabundia, es un vicio.


Gabriel: En algunas breves charlas que hemos tenido, le decía a Jorge, que tenía una muy buena didáctica al explicar los temas técnicos; y le comentaba, que es común encontrar en blogs de su misma temática, a personas que saben mucho, pero que al momento de explicar, o bien hacen agua, o suelen dar ciertos temas por sabido; limitando de esta forma la explicación sólo para aquellos que están en el tema.


Jorge: Eso es verdad, algunas explicaciones parecen estar hechas para gente que sabe. Más que explicaciones son discursos de alguien que quiere mostrar cuánto sabe o mostrarte a vos cuánto no sabés; en otros casos, el que explica no sabe, sólo vende.

Yo no enseño, no trato de explicar nada, yo cuento lo que hice y cómo lo hice. No soy un profesional en este tema, jamás tomé un curso de computación o algo parecido, eso hace que no tenga ideas preconcebidas y que pueda experimentar sin prejuicios académicos. Me arriesgo al papelón porque no tengo que alimentar ningún prestigio.

También es cierto que para mi, esto es un "juego", un placer, no es una obligación. Supongo que el que está del otro lado, el visitante que lee, también está "jugando" y no quiere saber el origen milenario de la rayuela, quiere que le den la piedra y poder saltar.


Gabriel: Sabés que me quedé colgado con tu biografía, la cual transcribí textualmente porque me pareció original.
Al parecer, nuestras cigüeñas, si no visitaron nuestros hogares el mismo año, se deben de haber conocido.
Si no es así, por favor, antes de insultarme, utiliza alguna salida como: Aquellas canciones me la cantaba mi abuelo.


Jorge: No sé tu edad, apenas conozco la mía. Mi abuelo cantaba zarzuelas y cosas andaluzas, así que sólo quedan dos posibilidades. La primera es la obvia, somos de la misma generación.

La segunda me parece más interesante: esas canciones abarcan un montón de años, desde los 70 hasta hoy, son 30 años, varias generaciones.

Si te interesa, tengo una opinión bastante personal sobre la música. Me parece que hace ya una buena cantidad de años que no hay nada nuevo, la explosión creativa llegó a su fin allá por mediados de los 80 y hoy está aletargada, demasiado rapero multimillonario, demasiada rubia pulposa meneándose sensualmente. Les falta el alma, se la vendieron a MTV.

Es común que mi hija me venga con la gran novedad de algún grupo que escuchó y yo no necesito más que estirar el brazo y alcanzarle el CD. Me mira como diciendo ¿cómo adivinó?, no puede entender que eso tiene 20 años de antigüedad. Me da la impresión que lo que habitualmente escuchan los más jóvenes, no termina de satisfacerlos, no los representa, no habla de ellos, eso explica que los Stones sigan llenando estadios aunque Jagger baile con muletas o que el Indio Solari con su 50 y picos les pueda pedir que se cuiden y no se le rían en la cara.

No quiero parecer uno de esos viejos que hablan como si el mundo se hubiera acabado después de Gardel, para nada, yo espero ansioso algo nuevo, simplemente, no lo escucho por ninguna parte.


Gabriel: Corregime si me equivoco, pero he notado, a través de algunos mails que hemos cruzado; que te gusta leer.
¿Estás leyendo algún libro en estos días?


Jorge: Ahora leo bastante menos. Lo último que leí fue La gesta del marrano de Marcos Aguinis. Me aburrió un poco, está muy lejos de otros libros suyos como La cruz invertida y Refugiados. También leí un par de libros de Felipe Piña sobre historia y me gustaron mucho.

Para mi, leer era una costumbre casi obsesiva hasta hace unos años. Saqueaba las bibliotecas de familiares y amigos, salía a comprar usados por las librerías de Corrientes, me volvía a casa con 10 o 15 libros que, con suerte, me duraban un mes. Los compraba sin saber de quién eran ni de qué trataban; de algunos no pasaba de la primera hoja, otros ya los leí 4 o 5 veces. Toda la poca plata que tenía entonces iba para libros y discos (LPs para más datos).

Cuando descubrí las computadoras, eso cambió. Cambié de obsesión. Me parece haber encontrado un modo de expresión increíble y anárquico, algo que, en muy poco tiempo, va a cambiar al mundo de verdad.


Gabriel: Ya que en estos medios tenemos la posibilidad de relacionarnos con personas de distintas latitudes; se me ocurrió, a modo de juego, preguntarte: Si tuvieses que definirnos a los Argentinos a través de un tema musical, un libro y una película. ¿Cuáles serían? Te dije que había quedado enganchado con tu biografía.


Jorge: Acepto el juego con dos condiciones, La primera, serví más café, la segunda, aclarar algo. No creo que existan los argentinos, en realidad, no creo que existan las nacionalidades así que voy a abstraerme un poco de mi filosofía y tomar ciertas características como generales aunque bien podrían abarcar muchos otros lugares.

La película es fácil: "No habrá más penas ni olvidos" basada en el libro/cuento de Osvaldo Soriano. No es que me parezca una gran película pero cuenta muy bien algo que pasa en este país (y en el mundo). Dos grupos que dicen representar lo mismo y terminan matándose unos a otros. Nadie sabe muy bien por qué y al final, el que gana es un tercero.

Un libro no, un cuento: La autopista del sur, de Julio Cortazar. Vamos bien, el tráfico es fluido, de pronto algo pasa, nos quedamos varados, nos preocupamos, empezamos a acostumbrarnos a la desgracia, le encontramos alguna ventaja y cuando nos amoldamos a la nueva situación, zás, el tráfico que restablece y allá vamos, a empezar otra vez desde cero, sabiendo en el fondo, que en cualquier momento nos vamos a quedar varados otra vez y la historia volverá a repetirse hasta el infinito. Ni el Cielo, ni el Infierno, el Purgatorio.

El tema musical ... tengo que pensar uno que no haya puesto en la biografía. No, esperá, no te voy a mentir ni voy a tratar de decir algo inteligente o divertido. Me gusta Piazzolla, me gusta el sonido del bandoneón pero no me gusta el tango, sin embargo, el tema que nos representa, es un tango: Cambalache, de Enrique Santos Discépolo. El siglo ya no será el 20, pero el 21 empezó igual.


Gabriel: Jorge, quiero agradecerte el que hayas compartido este feca (una expresión argentina para denominar al café) y espero que podamos repetirlo en otra oportunidad.


Jorge: La verdad, ha sido un placer. Pensé que iba a resultar más difícil pero bastó empezar para enseguida imaginarte del otro lado y lograr que las palabras fluyeran naturalmente. Espero que esta idea prospere porque me parece que has "inventado" algo muy interesante.



Jorge ya se retiró. Los sonidos de la calle van perdiendo la timidez y lentamente se van adueñando del bar, ocupando cada rincón. Se acercan sigilosos hasta la mesa donde aún estoy sentado; pero basta con mirarlos fijo para que retrocedan. Podría amenazarlos con un "¡Buh!", pero voy a dejar que se diviertan un rato; al menos, hasta una próxima buena charla, como la que acabo de tener, café de por medio.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por hacernos partícipes de tus cafés solo o con amigos...siempre acabas con una sonrisa y sabor a café en la boca. Un beso muy fuerte

steppenwolf dijo...

Yo soy el que debe agradecer a ustedes, por compartir un café conmigo.
Y aprovecho a invitarte a que charlemos café de por medio. ¿Te animas? ¿Dime cómo puedo contactarme? O envíame un mail a:
gparry@gmail.com


Besos

rasa dijo...

Uy! perdón pero me quedé apoyado en el umbral de la puerta escuchando tan interesante charla! No pude evitarlo, se que está mal "chusmear" asi pero no quería perderme ese maravilloso encuentro!

Por cierto, voy a pegar un cartelito de su Bar en mi vidriera, espero no le moleste!!!

steppenwolf dijo...

No te preocupes por haber escuchado la conversa; yo no puedo evitar hacerlo, mientras me tomo un café en algún bar.
Y por supuesto que no me molesta el que hayas pegado un cartelito de mi bar en tu vidriera.
De hecho, yo también me tomé el atrevimiento de incluirte en mi cartelera de: café de por medio.


Un abrazo

rasa dijo...

Muchas Gracias, un orgullo poder formar parte de la cartelera!!!

Anónimo dijo...

Te felicito por la propuesta, te conocí a través de Jorge en un post de Vagabundia y me pareció muy interesante. Saludos

steppenwolf dijo...

Gracias nicolás, a ver cuando nos tomamos un café.


Saludos