Tengo el enorme placer de presentarles a ...

Como dice El libro del Eclesiastés, hay un tiempo para todo; ...tiempo de callar y tiempo de hablar.
¡Vamos, quiero escuchar un fuerte amen! No, es una broma. Esto no es el comienzo de algún discurso religioso, más bien responde a un compromiso que tengo con ustedes.

Hace unos días les comentaba que a la mesa de este bar, se ha sumado una silla y considero que ha llegado el momento de revelar el nombre de quien ocupará la misma.
Unas noches atrás, conversando con él, le pregunté si quería formar parte de esta idea, de este -como me gusta llamarlo- bar. En un primer momento, cuando escribí la pregunta en la ventanita de chat de Gmail, dude si la forma en que se lo estaba preguntando era la adecuada. ¿Cómo lo tomaría? Si bien, cuando se creó este espacio y le solicité que fuera mi primer invitado a una charla de café y mientras ultimábamos los detalles de como implimentar la misma, le dejé entrever mi deseo de que formase parte de esto, al preguntárselo de "manera oficial", ¿le estaría creando un compromiso que no estaba dispuesto a aceptar?
Y aquí me ven. Si estuvíesemos en el ámbito de los negocios, diría, presentando a mi nuevo socio, pero creo que coincidirán conmigo, en que el término más acertado para estas charlas café de por medio es: a un amigo, Jorge (JMiur), con quien tendremos el gusto de invitarlos a tomar un café y conversar con nosotros. Sólo deben decirnos cómo lo quieren, ¿con o sin azúcar?