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Todos tenemos algo que ocultar, excepto John y su mono


La siguiente historia es ficticia. Por lo que, cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia.



¡Y válgame Dios que mamá lo tenía!

Cuentan que cuando nací, mi viejo me tomó entre sus manos y estiró sus brazos alzándome a la altura de un cuadro que se encontraba en la cabecera de la cama donde estaba mi madre, y dijo:

Maria, bendice a mi hijo, al igual que el tuyo será un Mesías, pues su abuelo es un carpintero y su madre lleva tu nombre. -Y sentenció- le pondremos Jesús. (Pensamos que esta reacción se debió en parte a la emoción causada por la experiencia de ser padre y a la mezcla de alcohol ingerido- proporcionado por unas copas de vino durante el almuerzo- y la medicación que estaba tomando a raíz de una crisis nerviosa por problemas laborales).

María -mi madre-, que no perdía oportunidad de hacer pública de manera exagerada, la geografía del cuerpo de mi padre situada en la zona de su entrepiernas (Esa no, un poco más abajo, la que viene de a par) dijo:

¡Callate boludo! En primer lugar, la de la imágen no es la Virgen María, sino, la foto de la enfermera pidiendo silencio. En segundo lugar, olvidate de que al nene lo llamemos Jesús; Carlos y punto. Y para tu información, el carpintero era el padre, no su abuelo.

Esta escena, la que había causado algunas sonrisas entre los familiares por parte de mi madre, pudo haber quedado simplemente como una anécdota graciosa, si ésta no hubiese agregado el siguiente comentario:

Mirá, si querés encontrar alguna analogía entre la historia bíblica, con la de "nuestro" hijo (comillas con gesto incluído), te diría que lo único que tienen en común, es que vos, al igual que José, no sos el padre.

Para cuando mi madre se retiró de la clínica, aún mi abuela paterna seguía internada para observación. La pobre vieja había sufrido un pico de presión por las palabras de cierre de aquel lamentable episodio.
Por suerte no fue nada grave, y antes de terminar la semana ya estaba nuevamente en su casa.

Comentan que los primeros dos años siguientes a aquel hecho, mi padre buscó en vano al "espíritu santo" con el que su mujer había violado el voto de fidelidad, y si bien hasta el día de hoy es un misterio, en las versiones más actualizadas de la historia, las sospechas recaen en mi tío, su hermano; pero de esto no pudo probarse nada.

3 comentarios:

JMiur dijo...

No quisiera inmiscuirme en problemas familiares peor, ¿no habrá sido uno de los tres reyes magos? Por ahí se comenta que ...

steppenwolf dijo...

En realidad, los que dejaron correr ese rumor, fueron los noticieros. Y vos sabés cómo les gusta meter una cuota de sensacionalismo a las noticias, para vender más.

Anónimo dijo...

hey que buena forma de contar una historia tan de lo común desgastada de lo tan constante.
gracias por hacerme reir un rato, la pasaré a algunos de mis amigos.

atentadamente,
publicman.